Veintiuno

Hace un año publicaba un post titulado CUARENTA. Y no es que hoy haya decidido sacarme 20 años, nada que ver. Hoy cumplo cuarenta y un años y creo que bien asumidos eh!

Pero hace tiempo quería escribir un post de otro tiempo. Estuve buscando fotos de aquel entonces y no son buenas, lamento mucho que no tuviera la cantidad de hoy día. Pero paso a contar un poco de que va este post.

El 5 de febrero de 1995 yo cumplí 21 años.

Un día antes había renunciado a mi trabajo de encargado de una tienda Errol’s, la predecesora de Blockbuster. Yo comandaba la sucursal de Asamblea y José María Moreno en Caballito casi Parque Chacabuco. Había trabajado dos años en la empresa.

A las 6:30 AM de ese domingo 5, en el día de mi cumpleaños me subí a un Boeing 737 de la empresa brasilera VASP. Había ganado mi mayoría de edad, que en ese entonces era a los 21.

Junto a mi prima Irene estábamos yendo rumbo a San Pablo, para luego tomar un DC10 de la misma empresa rumbo a Bruselas.

No fue una decisión de un día para otro. Un año y medio antes de esa fecha con Irene estábamos hablando de viajes, y saltó de que sería muy bueno irnos de mochileros por las “uropas”. ¿Y por qué no??

Así empecé a ahorrar… un año y medio ahorrando mi sueldo, que también servía para pagar la facultad. Compramos el pasaje más barato posible y en ese entonces Asatej que repartía sus diarios con ofertas en las universidades le daba mucha manija a VASP. Así fue que fui a las únicas oficinas que tenían en el mismo edificio de la Harrods sobre Florida y pagué mi pasaje taca taca… o quizás con tarjeta, no recuerdo. Unos días después pasé a buscar el pasaje físico de los dos.

Compramos el pase de tren, creo que de 10 días flexible en un mes. Estaríamos viajando un total de 35 días. Nos compramos unas mochilas en Montagne, el seguro médico, juntamos unos dólares y listo.

Ire habla a la perfección el inglés, estaba aprendiendo francés también. Yo era el contador y el que planificaba la ruta, para los idiomas soy de terror, y en esa época “pior”.

Teníamos un presupuesto planificado de 30 dólares diarios, con hospedaje y comidas incluídas!

Así llegamos entonces a ese 5 de febrero. La familia nos fue a despedir a Ezeiza. Era la primera vez que yo subía por esas escaleras mecánicas que estaban en lo que hoy es la parte vieja. Estaba descubriendo el aeropuerto después de muchos viajes para despedir a amigos y familiares.

No tengo fotos del avión. No tengo fotos de la comida.

Tengo un video… tengo que digitalizarlo y un día publicarlo. Grabé en todo el viaje 8 VHS-C, y edité todo en una hora y media, una locura para la época.

Estuvimos muchas horas en San Pablo a la espera del siguiente vuelo. Estaba programado un MD11, pero a último momento parece que tuvieron que alquilar otro avión y terminó siendo un DC10 sin los colores de VASP.

Recuerdo cuando vi las luces de Bruselas en la madrugada y lloré pegado a la ventanilla. En el viaje me quebré varias veces, era realmente un sueño hecho realidad.

¿Cuál fue el recorrido?

Llegamos a Bruselas, de ahí avión inmediato por British Midland a Londres, avión de Air France a París, TREN A MADRID (12 horas!!), luego otro tren a Barcelona, seguimos hasta Berna pero paramos en Interlaken (Suiza), Innsbruck, Salzburgo, Nuremberg, Rothenburg, Copenhage (el tren se subió a un ferry), Amsterdam y regreso a Bruselas.

Un pantallazo… un viaje de más de un mes con la mochila a cuestas. No existían las low cost, todo en tren. NO EXISTIA EL EURO!!!

Íbamos a los albergues estudiantiles. Había de muy buenos precios, recuerdo el de Interlaken a sólo 7 dólares, pero el agua caliente costaba un dólar los cinco minutos para ducharse!!!

Fue el primer viaje de mi vida. Fue el más importante de todos. Me abrió la cabeza en muchos sentidos. Aprendí mucho, entre ellas a ver las cosas desde otro punto de vista.

Luego cuando volví al país era la época de re re re re elecciones y estuve muchos meses desempleado. Pero nadie me quitó lo bailado.

¿Y que tiene que ver este post con todo?

El otro día leía un blog de viajes que decía “por más mochilas y menos carry on”, y me sonreía…

Hay etapas. Muchas etapas en la vida de cada uno. No me arrepiento de ninguna de las que tuve. He convencido a familiares y amigos de que viajen siempre y a cada uno según la edad de distinta manera.

Hay cosas que uno puede y quiere hacer que luego no las tolerará.

Yo creo que cuando tenga 50 años me iré de mochilero junto a mi mujer a algún lado… ¿A subir el Lanín quizás? Puede ser.

Pero hace unos años tuve que viajar a Londres para algo de cinesargentinos y como fui solo me hice el “loco” y me fui a un albergue juvenil como en los viejos, pero eligiendo una habitación “privada”, nada de compartida. Pero era sin baño privado…

No lo soporté. Claramente no era el mismo.

Pero a lo que voy es ¿Tenés 19 años? ¿21? ¿24? Viajá! andate a cualquier lado, recorré todo lo que puedas, gastá poco! usá los albergues, son fantásticos para conocer gente que está en la misma que vos!

Yo recorrí con albergues muchas ciudades y países luego de aquel viaje. Los amé… pero ya estoy en otra etapa.

Y aquella etapa sirvió para esta.

En la mayoría de la gente creo que hay una etapa de mochila y otra de carry on, una de que no te importa donde dormís o que comés y luego viene la otra donde si.

Hay un porcentaje menor de gente que siempre querrá mochila… o siempre usará la carry on.

Hoy cumplo cuarenta y un años… y miro en el recuerdo a aquel personaje que con veintiuno hizo aquel viaje loco y maravilloso. Amo poder seguir viajando, pero ahora eligiendo distintas clases de hoteles, juntando millas, logrando algún upgrade, noches gratis por los puntos o lo que sea.

Mi gran mochila son mis hijas.

Ahora amo cuando un colchón de una linda habitación me hace dormir de manera maravillosa sin escuchar ruidos ni que entre luz, y obvio no puedo vivir sin wifi, sin mi cámara reflex y todos los dispositivos que me acompañan.

A los 21 aprendí a mirar las cosas desde distintos puntos de vista, y eso incluye a los viajeros. ¿Extraño aquella época? No para nada, a la distancia veo que viví lo que tenía que vivir y eso es grandioso.

Aquel primer viaje sirvió para estos viajes actuales. Mi vieja mochila Montagne de 85 litros sigue guardada en el placard, al lado de una carry on. Creo que nunca la podré tirar aunque no de para más y cuando se me rompe una carry la tiro y compro otra :)

Ojalá mi hija Amélie quiera hacer el mismo viaje en su momento. Seguramente le será más fácil para ella que para mi, pero las experiencias seguro serán muy educativas.

Y parece que al final soy un viejo que te dice “vení pibe que te explico”… pero cuando vi ese comentario en ese blog me motivó a  escribir esto. Aprovechen cada etapa de viajero, pero respeten las que vive el otro. Así no hay arrepentimientos en el futuro…

A viajar carajo, como sea y como puedan!